Las Damas Rosadas es un servicio de voluntarias para hospitales con la misión de acompañar a la comunidad vinculada a la salud, tanto a profesionales, como a los pacientes y sus familias, en busca de facilitar y aliviar su estadía en la clínica. La organización nació en 1959, a pedido de las autoridades eclesiásticas y comunales de la ciudad de San Isidro. Mientras que en Trelew fue fundada el 23 de agosto de 1986, festejando así sus 37 años.
La labor de las voluntarias es optimizar la atención de las personas que reciben atención médica en hospitales públicos, que en su mayoría pertenecen a grupos sociales más vulnerables y de mayor riesgo sanitario, además de acompañar en forma activa a las familias de recién nacidos prematuros o patológicos, también forman parte de programas de medicina preventiva como detección temprana de la ceguera por diabetes y promoción de la lactancia materna.
El fin de un ciclo
María Thorp terminó una etapa de su vida al estar por 25 años al frente de las Damas Rosadas en el Hospital de Trelew como jefa del servicio, “igual las voy a acompañar a las chicas, no las voy a dejar. Todo lo que ellas necesiten yo voy a estar” resaló, marcando su espíritu de servicio. También agradeció a los pacientes, a la gente, al personal del hospital y de la Cooperadora de la institución que siempre la trataron “muy bien”.
María ingresó al servicio el 25 de octubre de 1998 y, es considerada una pieza clave en la evolución y crecimiento de las Damas Rosadas. Durante 14 años se desempeñó al frente del servicio, a los cuales se le suman 6 años como voluntaria y 5 años como subjefa. Hoy decidió que es momento de cuidar su salud, aunque este paso le resulte difícil, pero decide poder acompañar a sus compañeras desde otro lugar.
“Esa chica fue maravillosa y me dejó una marca“
María Thorp, jefa del servicio Damas Rosadas
Historias que marcan

María contó que a lo largo de los años hubo una paciente que la marcó “Laurita, que estuvo cinco años internada en el hospital” sobre la situación de esta paciente recordó que “ella quería ser dama rosada, y estaba postrada en la cama con artritis deformante, y no sabía qué decirle”. Hasta que un día después que la joven le dijera “yo sé que pensás que no puedo, pero si vos me acompañás yo puedo ir en la silla de ruedas, voy a conversar con los pacientes y les voy a contar lo que a mí me pasa y que sigo adelante”. Finalmente logró cumplir su sueño de la mano de María, que tras nombrarla y darle su guardapolvo, a los dos días falleció. “Esa chica fue maravillosa y me dejó una marca” contó emocionada.
Las Damas Rosadas buscan voluntarias

La ahora jefa de Servicio, Rosa Jaramillo, contó que van quedando pocas, por lo que hay una convocatoria “de alguien que realmente lo sienta, porque se nace voluntario no se hace un curso. Lo tiene que sentir en su corazón y dar tiempo de calidad”. Al día de hoy son siete las mujeres que prestan servicio en el Hospital zonal de Trelew. Además Rosa contó que “la tarea es contener al enfermo, al paciente cuando tiene un problema de salud grave y está internado mucho tiempo. Hay pacientes que necesitan nuestra mano extendida para poder sobrellevar la enfermedad“, por lo que resaltó la importancia de quien asuma el voluntariado deberá ser una persona constante y no faltar.