Los tiempos de “Los soprano”, una serie que se popularizó antes que “Lost” pero que en Argentina no logró instalarse, pero que los aficionados a la cinematografía destacan que no podés dejar de ver. Esta serie pone el eje en la salud mental del jefe de la mafia de New Jersey.
La serie comienza con Tony Soprano sentado en la sala de espera de su psiquiatra. Tiene que comenzar terapia tras tener un ataque de pánico, diagnóstico otorgado por sus médicos que, tras realizarle todos los estudios que la ciencia fáctica o formal pueden realizar no encuentran motivos para que quedara inconsciente en el patio de su casa. ¿Te imaginas ser jefe de la mafia y tener que contar qué te atormenta?
Pasaron 25 años desde el comienzo de la serie que cambió la historia de la televisión para siempre. Una cosa que siempre ha distinguido a HBO es su visión de ver potencial en historias, guiones y pilotos en los que nadie más cree. Donde otros ven fracaso, HBO ve un éxito.

“Los Soprano” (The Sopranos)
Esta serie revolucionaria, creada por David Chase, sigue la vida de Tony Soprano, un jefe de la mafia italoamericana en Nueva Jersey. Con una narrativa compleja y personajes fascinantes, “Los Soprano” mezcla drama, humor y elementos de la vida familiar. Ganadora de múltiples premios Emmy, es considerada una de las mejores series de todos los tiempos.
Los Soprano retrata el tema de la mafia desde una óptica diferente a como la retrató El Padrino y Goodfellas. En El Padrino se nos presenta el mundo de la mafia visto desde la cúpula, desde las cabezas, es decir, los jefes, las cinco familias y, tal vez, los caporegimes; nunca se nos muestra a los de abajo y cómo es su vida en el bajo mundo. En Goodfellas pasa lo contrario, se nos muestra la vida de los que están hasta abajo dentro de la jerarquía de la Cosa Nostra, los asociados y los soldados, aquellos que hacen el trabajo sucio en búsqueda de ser iniciados y escalar dentro de la familia criminal, nunca se nos muestra y ni siquiera se nos menciona a los dones y capos. El Padrino y Goodfellas son dos extremos de un mismo universo que no se tocan. En Los Soprano el enfoque incluye a ambos, nos muestra tanto la vida de los de arriba como la de los de abajo. Mientras Goodfellas tiene más calle, El Padrino tiene más glamour siciliano. Los Soprano tiene ambos.
El desafío de la doctora Melfi
La Dra. Melfi, es la psiquiatra de Tony Soprano, en la primera sesión ella pone las cosas en su sitio. Su desafío es que su paciente hable, algo imposible para alguien que oculta los secretos de la mafia, y que además, debe ser fuerte ante todos, cualquier debilidad puede causar que caiga su poder. Pero también debe cuidarse ella, debe tratarlo sin saber demasiado, es por esto que le aclara que a través de personas en común conoce sus negocios, y que todo quedará en el resguardo del secreto profesional, a no ser que le cuente que va a cometer un homicidio.
En la consulta de la Dra. Melfi encontraremos el dichoso diván, pero Tony no se tumbará en él ni empezará a hacer asociaciones de ideas mientras su terapeuta asiente de vez en cuando. El señor Soprano es un paciente difícil que no
quiere hablar, de los que está pensando a cada minuto que está perdiendo el tiempo. Con el paso de las sesiones, Tony comenzará a sentirse mejor con su vida, él lo atribuye al Prozac que le fue medicado, cuando va a anunciar que se da de alta la doctora le comunica que es imposible dado que ninguna medicación actúa de manera tan inmediata, sino que lo que le está haciendo bien es tener alguien con quien charlar.