Siguen apareciendo nuevos detalles del culebrón que tiene como protagonista a Walter Lefipán, el preso que se escapó de la policía mientras visitaba a su pareja en una casa del barrio Don Bosco de Trelew. Hay un elemento muy importante que surge del oficio que la Oficina Judicial de Puerto Madryn envió a las autoridades policiales. Allí se establece claramente que las salidas debían efectuarse bajo la responsabilidad de la Sra. Elena Flores, madre de Lefipán. La mujer no estaba en el domicilio del barrio Don Bosco cuando la policía lo trasladó. Los agentes policiales debieron haber informado sobre esta situación, porque evidentemente se estaba incumpliendo con un requisito fundamental.
Otro dato fundamental que no debemos soslayar es que la Defensa y la Fiscalía acordaron una prisión preventiva para Lefipán, en función de un acuerdo abreviado que venían negociando las partes y de una expectativa de pena, de no más de tres años de prisión, por el asalto cometido a un contador de Puerto Madryn, en el mes de noviembre del año pasado.
De la misma manera, se pusieron de acuerdo en el tema de las dos salidas extraordinarias. El Defensor propuso, el Fiscal aceptó y es lógico que la jueza convalide lo que la parte acusatoria acepta.
Por supuesto que nada justifica la decisión que se tomó. Como si los antecedentes del imputado no tuvieran ningún peso procesal, le concedieron dos salidas extraordinarias a una persona que pasó la mitad de su vida en la cárcel, que formó parte de una de las bandas delictivas más cruentas de la historia de la provincia. Beneficiaron a un individuo que hace dos meses atrás le estaba pegando salvajemente a Don Humberto Veiguela, un hombre mayor de edad, querido y respetado por toda la comunidad. Para Humberto la pesadilla todavía no terminó y a este señor lo premian con visitas a su familia.
El culebrón pone en evidencia también la falta de articulación en el trabajo de jueces y policías. La Policía le echa la culpa a la Justicia. La Justicia sostiene que cumplió con los procedimientos. A esta altura del caso, todavía no podemos afirmar si la responsabilidad de la falta de inspección de la vivienda de la que se escapó Lefipán les corresponde a unos, a otros, o a ambos.
Lo que espera la sociedad es que, para deslindar responsabilidades, los superiores de los actores que actuaron en este caso, asuman el liderazgo con firmeza.
Que el Procurador Fiscal, analice la actuación de los fiscales de Puerto Madry, que los ministros del Superior Tribunal de Justicia examinen la performance de los jueces, que el Jefe de la Policía y el Ministro de Seguridad investiguen la actuación del Servicio Penitenciario.
Primero, porque tal vez la actuación de fiscales, jueces y policías merezca algún tipo apercibimiento o de sanción. Y, en segundo lugar, para transmitirle a la sociedad de que estos papelones no se volverán a repetir.