El Instituto de Conservación de Ballenas advirtió sobre la necesidad de extremar la protección de las hembras preñadas que atraviesan los últimos tres meses de gestación ya que «están en la etapa más vulnerable a alteraciones en su ambiente». Este petitorio se da luego de un estudio realizado a partir de fotografías tomadas desde drones en los golfos del área de Península Valdés.
El último trimestre de gestación es el lapso de tiempo en que «el crecimiento del feto se acelera muy rápidamente», asegura el trabajo publicado en la página oficial del ICB. Además, el costoso período final de la gestación coincide con la migración de la ballena franca austral al área de cría, momento en el que «se torna especialmente vulnerable para las hembras gestantes y requiere especial protección».
Según el informe, este detalla que «los resultados indican que el crecimiento del feto se acelera muy rápidamente al final de la gestación aumentando la demanda de energía de las hembras en los tres meses previos al parto, tornándose vulnerables a alteraciones en su ambiente».
El trabajo de investigación se realizó a partir de fotografías tomadas desde drones, técnica llamada «fotogrametría», mediante la cual se midieron a las hembras y sus ballenatos recién nacidos en los golfos interiores de la península.