Cada 4 de agosto se celebra el Día Nacional del Obrero Panadero, en conmemoración a la fundación en Buenos Aires la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, el primer sindicato de esa profesión del país.
Este sindicato nació por iniciativa del italiano Ettore Mattei, quien se destacó como uno de los organizadores del movimiento obrero y el movimiento anarquista en Argentina. Fue la primera sociedad de resistencia y solidaridad de clase de la nación basada en los principios de la acción directa y la huelga revolucionaria.
En 1887 los anarquistas Enrico Malatesta y Héctor Mattei crearon La Sociedad de Resistencia de los obreros panaderos, una de las organizaciones sindicales más antiguas y combativas del país. Como una forma de protesta contra el sistema, además de huelgas y movilizaciones, los panaderos porteños bautizaron irónicamente a las facturas con nombres que ridiculizaban a tres instituciones claves que sostienen al Estado como son la Policía, el Ejército y la Iglesia.
Los obreros panaderos quisieron dejar un testimonio de su mensaje que perdurase en el tiempo, y no tuvieron mejor idea que hacerlo con lo que producían a diario: las facturas.
Así bautizaron las bolas de fraile, el sacramento y el suspiro de monja (en algunos lugares también se los conoció como “pedos de monja”) para mofarse de los curas y de las religiosas; el vigilante, para ridiculizar a la policía; los cañoncitos y las bombas de crema, por los militares; mientras que los sabrosos libritos eran una crítica a la educación que imponía el estado.
Algunos sugieren que la forma particular de la cremona, invento que un italiano desarrolló en el país, está formada por la unión de la letra A de anarquismo.