Centro Ambiental Patagónico de Investigación y Desarrollo Pesquero (CAPIDP), es producto de un acuerdo entre las empresas Estrella Patagónica, La Escalerona, Greciamar, Farallón, Achernar y Food Partners Patagonia, todas con radicación en el hinterland del puerto de Madryn y socias de la Cámara Argentina Patagónica de Insdustrias Pesqueras (CAPIP). Más una del ramo de la construcción que es Dadam Hermanos. La coincidencia les aconsejó cerrar filas para encarar el tratamiento de los desechos resultantes del proceso en las plantas, y al frente del ambicioso proyecto, está el ingeniero Federico Álvarez, quien recibió a Canal 12 en la planta ubicada a 20 kilómetros del casco urbano de la ciudad.

Todo comenzó en 2020, plena pandemia, cuando las principales empresas pesqueras de la ciudad asumieron el compromiso ambiental de resolver adecuadamente el tratamiento de sus efluentes líquidos. Y en ese compromiso la premisa es vuelco cero, apuntando al cuidado del recurso hídrico aledaño, como es el Golfo Nuevo. El primer paso fue el desarrollo de un predio de 120 hectáreas al norte de Madryn, y una vez finalizado el proyecto de ingeniería y obtenidas las habilitaciones del organismo ambiental provincial, en 2021 se puso en funcionamiento tras una inversión que superó inicialmente los $120 millones.
Sorprende la presencia de una constructora entre los socios. Es que el tema, desde el principio, se encaró con la idea de encontrar una solución estructural, que no es compatible con una planta que funciona sólo para los socios. Por eso la convocatoria a una constructora, la apertura del servicio a terceros y la emisión de un documento de trazabilidad absoluta porque involucra a todos los eslabones del proceso. En cuanto al diseño, hubo acopio de antecedentes, evaluación de ventajas, riesgos y mucha discusión previa, con un enfoque ordenador que fue el de los profesionales en medio ambiente que tiene el emprendimiento, entre ellos Álvarez.
«Buscamos darle solución a todo el tratamiento medioambiental de los residuos generados por la industria pesquera. Dentro del proyecto ya tenemos al 80% de las empresas locales, que trabajan con nosotros, y apostando a este proyecto que involucra muchos desafíos y nuevas ideas. El eje principal es trabajar sobre el tratamiento del residuo, reprocesarlo y convertirlo en nuevas materias primas; trabajar mucho sobre la economía circular. Se pensó hacerlo en determinado lugar, posicionándolo a una distancia que, medioambientalmente, no afecte a a la ciudad con olores propios del proceso. Además, la circulación de cada uno de los camiones son perimetrales y periféricos al casco urbano», contó el responsable del lugar a este servicio de noticias.


Los desarrolladores de CAPIDP tomaron como criterio diversos aspectos, entre ellos un acceso fácil, directo, y con una traza que reduzca al máximo el contacto urbano. Es que se trata de residuos pesqueros, y por eso las evaluaciones sobre la orientación del viento y la distancia de la planta con el aeropuerto local. El complejo lo integran dos lagunas anaeróbicas de 25.000 metros cuadrados cada una y dos piletas de hormigón de 500 destinadas a la recepción de los efluentes sin tratar o semi tratados. Hay otras 18 lagunas menores para el secado de barros, 4 facultativas, y un espacio para la descarga de los residuos sólidos orgánicos.
Una recorrida por CAPIDP, en Valor Agregado
Los desechos se trasladan desde cada empresa y en camiones habilitados para esa tarea, y la primera escala de los líquidos son las dos piletas de recepción. De allí, y luego de pasar por un primer filtrado de barros, son bombeados a una planta de tratamiento físicoquímico para seguir después, por gravedad, a las lagunas anaeróbicas, y terminar en las facultativas, donde entran en proceso de evaporación.
«Si bien es una empresa joven, en el año que llevamos trabajando ya tratamos más de 70 millones de litros y 14 millones de kilogramos de residuos sólidos»
La planta supera holgadamente lo que demandan sus asociadas. Además, y para sumar clientes, una oferta cuidada y profesional. El complejo garantiza recepción durante las 24 horas y los 365 días del año, sin exigencia de adelantos y a precios competitivos. Con costo definido por el pesaje que se hace del camión al ingresar, y con trazabilidad garantizada en el manifiesto que se emite, ya que está conformado por el emisor de los residuos, el transportista y la planta de tratamiento.