El imposible se hizo real. En el baloncesto hay una máxima y dice que Estados Unidos siempre gana. Pero como es deporte y en deporte todo pasa, Alemania hizo real algo que nadie creía. Tumbar a Estados Unidos en las semifinales del Mundial (111-113). Un partido espectacular, fuera de lo común, y en el que los teutones primero aceleraron y después mantuvieron el pulso cuando la bola quemaba. Una media distancia de Schröder, un triple de Obst. La galería de una noche histórica.

Alemania mandó y fue mejor. Es la realidad. Estados Unidos, eso sí, supo conectarse cuando más difícil lo tenían por la calidad individual de Anthony Edwards o Austin Reaves. Pero los teutones creyeron y se agarraron. El ‘tempo’ de Schröder (17+9), sin miedo, y la locura del invitado con el que nadie contaba en esa fiesta, Andy Obst (24 puntos). Su triple es historia del baloncesto FIBA. Alemania espera a Serbia. Casi nada.
El mejor partido del Mundial
Resultó un partidazo de inicio a fin. Y aunque era una final por lo que estaba en juego en el Mall of Asia, Estados Unidos no se presentó al nivel defensivo exigible. Algo dispersa, cosa que Alemania atacó con mucho acierto exterior (cuatro de sus primeros cinco triples anotados) y verticalidad. Abrieron, con Obst y Wagner maravillosos, un parcial de salida de 15-25 en el minuto 6 que ya dejaba claro que la batalla iba a ser ardua como mínimo.
El aviso a Estados Unidos bastó, que aumentó su energía y conectó a la segunda unidad. Lo que ya había aportado exteriormente Bridges sumó a Edwards y la irrupción de Austin Reaves. El de los Lakers sigue con su maravilloso Mundial y se inventó dos tiros libres más triple que sellaban la aparición de la favorita (29-29, 9′).
Mantuvo ese ritmo Estados Unidos. Reaves siguió impecable cada vez que podía definir, y Edwards se multplicó atrás. Su tapón a Schröder que finalizó en cancha contraria Brunson fue el primer aviso a una Alemania dependiente de Franz Wagner (45-41, 15′). No diezmó a los teutones, conscientes del volumen de anotación que se debe sostener para tumbar al Team USA. Tras tiempo muerto abrieron un parcial de 0-9, construido entre Schröder, Wagner y la brega de Theis y Voigtmann (48-52, 16′).
Idas y venidas, la tónica de una primera mitad descomunal que finalizó con mejor síntoma estadounidense, lanzada entre Bridges y Edwards, ante la guerra alemana dirigida por un juego interior que supo leer el ‘small ball’ rival. Propia de una final y de los mejores equipos del torneo, junto con Serbia. 60-59, ya era el mejor partido del Mundial.

Alemania no se corta
Siguió en esa línea tras la reanudación, uno de los mejores partidos FIBA de siempre. Porque Alemania no se intimidaba y aceleró a partir de sacar provecho a las tres pérdidas estadounidenses en menos de tres minutos. Theis, impecable durante el Mundial, siguió sumando y Wagner cerró con una bomba maravillosa un momento tremendo (64-70, 23′). Kerr quiso dar aire a su equipo sacando a Haliburton por el base de los Knicks, pero no cambió la tónica. Estados Unidos dependió de su habilidad en el uno para uno, pasando del juego en equipo, con Edwards o Hart -muy activo en el tercer cuarto en aro contrario-, pero no hacía diferencia ante una Alemania espectacular de la mano de Schröder, tan bueno como irregular, o Obst y su facilidad para armar tiro (71-79, 25′).
Problemas en el equipo imposible de batir. Caída en la generación y encontrando a una Alemania espectacular en el tiro. No dejaba meterse en el partido a los de Kerr e impulsó su momento aún más con la aparición de Bonga, dos triples de Obst y uno de Wagner que igualó la máxima. 10 arriba para los de Gordie Herbert entrando en el último cuarto (84-94, 30′). De todo… menos una casualidad.

Alemania vuela
Alemania estaba más que lanzaba y entre sus arreones más la capacidad de aguantar habían logrado todas las opciones. De hecho, Obst apareció en el último cuarto sacando tiros libres para lograr la máxima del partido (84-96) y consiguieron con Schröder y Wagner sostener lo que proponía la actividad de Brunson en el amanecer del último parcial.
El miedo en la favorita era palpable. Sus ataques no tenían sentido, y Alemania se multiplicaba. Bonga apareciendo para taponar, Mo Wagner o Thiemann en la definición. Una labor de todos para mantener la renta y dejar cada vez más lejos al USA Team.
Alemania es finalista del Mundial (111-113). Equipo sobre el talento individual. Competir al monstruo durante 40 minutos, la perfecta situación que acabó con el sueño de reconquista del USA Team. En el mejor partido FIBA que se podía esperar. Alemania-Serbia, la final de la revolución en el Mall of Asia.